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lunes, 12 de febrero de 2024

QUÉ ES LA HIPOCONDRIA




La hipocondría se diagnostica si la persona tiene una creencia que persiste durante más de 6 meses, de que padece una enfermedad grave, a pesar de que los médicos no encuentran evidencia de enfermedad. A menudo estas personas muestran una pobre comprensión del problema y no reconocen que su preocupación es excesiva.

Los hipocondriacos tienen preocupaciones e inquietudes obsesivas con su estado físico y continuamente se inquietan por su salud. Debido a su miedo a desarrollar una enfermedad, rastrean cuidadosamente todos los síntomas potenciales y se mantienen en alerta ante los mínimos cambios en su funcionamiento corporal. Tienden a malinterpretar la naturaleza de la relevancia de la activación fisiológica y a exagerar los síntomas.

A menudo la actividad fisiológica se refleja en un aumento de la tensión y la ansiedad, así como alteraciones del sueño. El centrarse en su cuerpo se ilustra por la estrecha vigilancia de los rasgos corporales, la constante búsqueda de información congruente con sus síntoma y la meditación sobre dolencias físicas. 

Se observa la evitación y comprobación en autoinspecciones repetidas, consultas médicas frecuentes y la búsqueda constante de afirmación de su dolencia, estrictas opiniones y conductas sobre la dieta y estilos de vida, así como evitación del ejercicio físico y de personas que pueden padecer una enfermedad.

CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS Y CLÍNICAS CENTRALES DE LA HIPOCONDRIA


1.Preocupación por la salud


2. Insuficiente patología orgánica que justifique las preocupaciones expresadas


3. Atención selectiva a los cambios o características corporales


4. Interpretación negativa de signo y síntomas corporales


5. Atención selectiva y desconfianza de la información médica o no médica


6. Búsqueda persistente de explicaciones/comprobación del estado corporal/información






(Warwick y Salkovskis, 1989)

HIPOCONDRIA: OBSESIÓN POR LA ENFERMEDAD

Las personas hipocondriacas están permanentemente preocupadas por la posibilidad de padecer una enfermedad.

Es común que enterarse de que una persona padezca algún tipo de dolencia, les produzca una gran preocupación pensando que ellos mismos la pueden padecer. Es el momento que comienza el autochequeo corporal con objeto de buscar síntomas que se correspondan con esa enfermedad.


Las personas hipocondriacas son muy dadas a buscar información en internet en busca de síntomas de enfermedades. Según van leyendo los síntomas los encuentran en ellos mismos. Por ejemplo si un síntoma es tos persistente, ellos se autoconvecerán de que tosen mucho, aunque no lo estén haciendo más allá de lo normal. 


Se suelen enfadar con las personas de su entorno porque ante sus quejas de que pueden padecer determinada enfermedad, no suelen encontrar el apoyo de sus familiares, pensando que no son conscientes de sus dolencias.

Estas personas suelen leer los prospectos de los medicamentos y muchas veces encuentran que padecen las contraindicaciones, incluso cuando sean efectos muy residuales.


Hay que tener en cuenta que el autochequeo buscando síntomas de una enfermedad suele producir una focalización de la atención que produzca en la persona la sensación real de que tiene esos síntomas.


El tratamiento de la persona que padece hipocondriasis tiene que partir siempre de una confrontación con la realidad y la búsqueda en casos anteriores de situaciones en las que ha sufrido por pensar que padecía una enfermedad, llegando a considerar la situación como real, resultando posteriormente que no le ocurría nada.

¿POR QUÉ APARECE LA HIPOCONDRÍA?

El factor clave es el aprendizaje. 


Habitualmente una persona empieza a padecer síntomas hipocondriacos a raíz de crisis existenciales y problemas cotidianos como toma de decisiones duelos, problemas laborales o de parejas, e incluso con alguna enfermedad menor que le hace replantearse su propia vulnerabilidad ante la enfermedad.

Estos problemas producen emociones fuertes, y conducen a estados de ánimos caracterizados por la ansiedad extrema, que obviamente, tiene un efecto en el organismo, que el paciente no logra relacionar con sus problemas emocionales y lo interpreta como signos de una enfermedad. 

En estas personas con una situación de depresión o ansiedad (especialmente no valoradas como tales), las sensaciones físicas se interpretan como síntomas de una enfermedad, y se desarrolla un miedo a la enfermedad. Comienzan entonces los rituales de chequeo en busca de síntomas corporales y comprobación de que no se tiene nada sin embargo, es lógico que la concentración en la búsqueda de un dolor, llame a ese dolor. 


La interpretación de las sensaciones en clave de enfermedad es debida a un aprendizaje familiar o al papel social que se adjudica a la medicina para explicar y aliviar cualquier síntoma físico.